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Servicio de personal shopper gratuito en AENA España
Quienes viajamos con frecuencia a cualquier rincón del mundo sabemos que muchas son las horas que en ocasiones separan unos vuelos de otros. Antes de embarcar o al facturar, muchas veces permanecemos a la espera de nuestra última llamada sin tener nada que hacer, bien por desconocimiento o por no estar habituados a hacer vida de aeropuerto. Situación que nos lleva a no ser conscientes de que formamos parte de una pequeña ciudad repleta de servicios y atenciones con las que hacer mucho más llevadera y agradable nuestra espera. Si a este desconocimiento se le añaden factores externos y ajenos a las pertinentes competencias aeroportuarias como las huelgas o los retrasos, nuestra mente se precipita hacía un estado de psicosis que provoca un aislamiento parcial del entorno que le rodea y de forma compulsiva centra toda su atención tan sólo en el hecho de embarcar cuanto antes con el fin de abandonar ese espacio que le provoca caos y desorden con la mayor brevedad posible, obviando infinidad de detalles que se encuentras en el mismo.

Lejos de adoptar esta actitud, paseando tranquilamente por el Sky Center de la T1 del Aeropuerto del Prat de Barcelona, antes de embarcarme rumbo a Bruselas, me llama soberanamente la atención un nuevo stand que nunca antes había visto y movido por mi naturaleza curiosa, me acerqué a ver de qué se trataba. En el tablero leo un tríptico informativo en el que en varios idiomas se informa que tras el éxito cosechado en otros aeropuertos internacionales como el de Viena, Madrid o Frankfurt, de la mano de Young Promotion, empresa especializada en field marketing aeroportuario, llega a Barcelona el Airport Shopping, un servicio gratuito de personal shopper a disposición de todos aquellos pasajeros que lo soliciten vía telefónica, a través de la página web de Aena, su app móvil o in situ y que deseen efectuar sus compras dentro del área comercial del aeropuerto de forma cómoda, rápida y sin esperas.
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Al pedir información, añadiendo que soy periodista y que aprovechando mi paso estaría interesado en elaborar un reportaje sobre este nuevo servicio, recibo la visita de Marta Abardía, directora de la división comercial del Aeropuerto del Prat en Barcelona que casualmente en ese momento se encontraba supervisando la zona y que al verme tomar imágenes me preguntó, muy amablemente, si me puede ayudar en algo. Al responderle que si dio comienzo una interesante conversación que transcurrió entre risas y confidencias en la que entre otras muchas cosas, me comentó como surgió esta original iniciativa.

De su discurso me enamora la pasión que transmite a la hora de hablar sobre la labor que día a día desarrolla todo el equipo queriendo ofrecer un completo servicio con el que mejorar por un lado la experiencia de compra del pasajero y por otra incrementar satisfactoriamente el volumen de ventas de los distintos puntos de retail del Sky Center, hecho que lleva a las marcas a estar muy contentas por que les ayuda más rápidamente a alcanzar sus objetivos e incentivo que complementa sin coste adicional alguno la experiencia de compra del pasajero.

Me comenta que al tratarse de una empresa que trabaja en red, gestionando todos los aeropuertos del territorio español, decidieron llevar a cabo esta iniciativa en el Aeropuerto de Barajas (Adolfo Suárez) tras ver la buena acogida que había tenido en otras partes del mundo, ya que al ser el más concurrido de nuestro país, si funcionaba allí la prueba piloto, sería mucho más fácil extrapolar e instaurar en el resto de aeropuertos. Ante el asombro de muchos se obtuvo una excelente respuesta con resultados muy atractivos desde un punto de vista económico enfocado desde la perspectiva comercial y muy reconfortante según quienes solicitaron este servicio.  De ahí surgió la idea de incluirlo y ofertarlo también entre los muchos otros servicios gratuitos que ya se ofrecen en la capital catalana.

“Inevitablemente hasta hace muy poco, en nuestro país, todo el mundo asociaba el dutty free con ir a comprar tabaco antes de embarcar, afortunadamente este nuevo servicio, totalmente gratuito, incorpora un punto de información físico donde se da a conocer de primera mano las ofertas y las promociones de cada tienda, ayudando a dinamizar el comercio del resto de puntos de venta y a su vez ayudando a satisfacer las necesidades y la demanda del pasajero.”

Añade con orgullo y centrándose en la buena acogida y el alto grado de satisfacción que ha generado en las partes implicadas (Pasajeros y los responsables de las 82 tiendas participantes de la T1 y la T2). Concluyendo nuestro fortuito y fugaz encuentro, señala la importancia de hacer saber que todos sus servicios funcionan con total normalidad, invitándoles a que disfruten de la amplía oferta de sus instalaciones, no sólo en cuanto a shopping se refiere, sino también en cuanto a restauración (43 Espacios gastronómicos entre la T1 y la T2) y wellnes acontece. 
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Tras despedirnos, presencio uno de los primeros servicios de la jornada. Pidiendo permiso a   una alta ejecutiva de origen ruso recién llegada a nuestro país, para fotografiar un caso real, pude completar mi reportaje. Nos comenta que conoció este servicio por recomendación de una amiga suya que había visitado nuestro país con motivo de sus vacaciones de verano y que había quedado muy contenta con el trato recibido. 
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Al terminar me dirijo hacía mi puerta de embarque rumbo a Bruselas, la A 20. Una vez a bordo, leyendo la prensa del día, mi interés se centra en un artículo que especifica que desde el pasado mes de septiembre (creciendo un 6,4% respecto al pasado año) un total de 4.637.662 personas procedentes de más de 30.583 vuelos, pasaron por el Aeropuerto del Prat (36.721.039 en lo que va de año un 7,7% más que en el ejercicio de septiembre de 2016) pese a que siempre he sido más de letras que de números, me hace feliz despegar formando parte de este 7,7% que ayuda a generar empleo en mi país.
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Restaurante Porta Gaig T1 Aeropuerto del Prat Barcelona
Para aquellas personas cuyo día a día transcurre en las principales terminales de aeropuerto de medio mundo, algo tan básico y necesario como comer bien se convierte, en un sinfín de ocasiones, en toda una odisea. Conscientes de ello y con el fin de ofrecer una completa experiencia en el uso y disfrute de sus múltiples servicios e instalaciones, el Aeropuerto del Prat de Barcelona amplía su oferta en restauración con dos nuevas aperturas de lujo firmadas por el célebre restaurador poseedor de una Estrella Michelín, Carles Gaig.

Desde principios de año la Terminal 1, también conocida como T1, cuenta ya con dos nuevos espacios gastronómicos de alta cocina de mercado, con los que por un lado deleitar los paladares de los pasajeros más exigentes y por otro dar a conocer al mundo a uno de los máximos exponentes de la gastronomía catalana en nuestro país. Sin duda un escaparate sin precedentes donde poder compartir con todos aquellos quienes lo deseen, un pequeño pedazo de la ciudad antes de llegar a su destino.

El Restaurante Porta Gaig, situado justo en la entrada, nació en respuesta a las necesidades de los distintos perfiles de pasajero que cada día recibe la terminal. Pensando tanto en aquellos que disponen del tiempo justo para comer antes de embarcar como en aquellos a los que le gusta viajar con tiempo, se proyectaron dos espacios: una elegante barra de pizarra labrada donde servir tapas y platos más ligeros y un amplío y diáfano salón comedor color vainilla con vistas a los despegues en directo donde poder disfrutar de una experiencia mucho más completa y relajada.

La barra aporta un toque regio y moderno al espacio y convive en perfecta armonía con la atmósfera serena y tranquila del comedor. Por difícil que resulte de creer, lejos queda el bullicio y el estrés que reina de puertas hacia afuera. Su mobiliario, cuidadosamente elegido, combina armónicamente con el uso de materiales nobles como la madera de roble empleada en el revestimiento del parquet y el mobiliario con  la piel de del tapizado de los sofás y las sillas. Sin duda todo en ejercicio de estilo donde la totalidad del conjunto permite al comensal sumergirse de pleno dentro de uno de los más fascinantes universos creativos de nuestra cocina.

Tras mi regreso de Bruselas, allí decido reunirme con Agustín Rodríguez, Jefe de Oficina de Prensa en Catalunya de AENA y Francisco Javier Monfort, Coordinador de la Oficina de Prensa en Catalunya de AENA para presentarme las últimas novedades en servicios que se ofertan en las terminales.

Nada más sentarnos, comentamos que la extensa carta del restaurante homenajea a clásicos intemporales de siempre y al mismo tiempo seduce con nuevas propuestas de temporada. Partiendo de una base compuesta por ingredientes de primerísima calidad y un servicio más que excelente, elegir se convierte en una ardua tarea que nos lleva algunos minutos más de la cuenta. 
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La comida da comienzo con una suave y fresca crema de puerros regada con aceite de oliva virgen con la que preparar nuestro paladar. Un sano aperitivo con el que dar el primer aviso a nuestras papilas gustativas de lo que está aún por llegar.

El pistoletazo de salida lo da una ensalada con ventresca de atún. A modo de lienzo en blanco, un lecho vegetal, actúa a modo de soporte de un intenso sabor a mar que en harmonía casa sutilmente con los frutos de la tierra que lo acompañan.
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Seguidamente nos son servidos unos sabrosos calarmacitos en salsa que acentuaron aún más el sabor a mar en nuestro paladar, continuando la estela de la ventresca.

A modo de transición y punto de encuentro entre el mar y la montaña, uno de los conceptos básicos de la cultura gastronómica de ciudades tan cosmopolitas y abiertas al mundo como Barcelona, no es servido un arroz meloso con verduras y gambas de Palamós a la sal.   

Como plato principal me decanté personalmente por probar uno de sus clásicos de siempre, los canelones de la abuela Maria gratinados con queso y regados con salsa de trufa negra. A modo de regresión, bocado a bocado, se proyectan en mi mente episodios de mi niñez, al recordarme a los canelones que mi abuela preparaba en la cena de Navidad.

A sabiendas de mi pasión por el dulce y la repostería, me sugirieron el pastel de queso con frutos del bosque de otoño, elección con la que decidí poner el broche de oro a un ágape culinario sin precedentes en un espacio tan fuera de lo común como en este caso fue un aeropuerto. De su presentación destacar la composición con la que cuidadosamente es colocado cada uno de los ingredientes que integran este postre.

Durante el café de la sobremesa felicito al maître y a la jefa de sala por la excelente relación cantidad-calidad-precio de la carta.  Algo de agradecer por parte de todos aquellos a los que nos gusta comer y llenar nuestro estómago hasta saciarnos. 
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